lunes, 30 de marzo de 2015

Que me borro del facebook!!

Mira cómo paseo por el campo!
Mira qué hijx he tenido!
Mira qué foto más chula he sacado!
Mira lo bien que lo paso!
Mira la de sitios en los que he estado!
Mira qué pedo me he tirado!
Mira qué de cosas hago!
Mira qué guapx soy!
Mira mi sonrisa congelada en medio de este declive existencial!
Mira! Mira! Mira! Mírameeeeeeeeee!!!


Soy un escaparate, una bonita postal de un lugar encantador, la genialidad personificada, un objeto de marketing, un avatar perdido en un escenario desconocido... ¿quién cojones soy? Me gusta, te gusta, comento, comentas, felicitamos los cumples, asistimos a eventos, compartimos chistes, noticias, curiosidades, música... escondidxs tras la pantalla del ordenador, ajenxs a la "realidad" de la que hablamos, demostrando públicamente nuestra dicha, prostituyendo nuestro espíritu, construyendo un personaje que se cae a pedazos...

Vivo para ti! Para demostrarte que soy feliz, y con un poco de suerte quizás me lo crea yo también. Hipocresías, falsedades, apariencias... ¿Y yo? Yo, la más hipócrita, falsa y aparente de todxs participando en la red de una u otra manera, vendiendo un personaje que soy y no soy, regalándote palabras que me sobran dentro, cediendo al imperativo del ego que busca reconocimiento entre .com, .es y .net. Me falta el amor propio y de ahí que lo busque en tus comentarios y "me gusta". ¡Qué majo es el ego, que nos empuja a las más grandes hazañas (jesucristianas o hitlerianas, el caso es que sean grandes)!

Nos da miedo desaparecer... perdernos en esta irrealidad real dolorosa y linda. Queremos vivir más allá de nosotrxs mismxs. Queremos convencernos de nuestra existencia a través de una explosión de ¿vida?... pseudovida. Invertimos más fuerza en demostrar quiénes somos que en serlo. Rozamos la intrascendencia en una vida de mentira. Desde lo ilusorio de la "realidad", proyectamos una nueva ilusión que nos aleja más de nuestra esencia y nos atrapa más en este gran teatro de lo cotidiano. De artistas se llenan las calles y los bares, las playas y las montañas... ¿y qué pasa si no quiero interpretar esta pieza? Ni esta, ni aquella, ni la otra... Tengo ganas de bailar, pero la música que suena no me invita a hacerlo.

Llámame triste, llámame loca, llámame tóxica o llámame suicida. ¿Quién me lee? ¿Quién eres? ¿Acaso no hay tristeza en la soledad de tus días y noches? ¿Acaso no locura en tus decisiones? ¿Toxicidad en tus pensamientos y emociones? ¿Suicidio en cada copa, cigarro, pastilla, polvo sin amor o victimismos varios? Jo, que te me has iluminado!! Pues no leas, amigx, que yo hablo de sombras y no de luces... cámara... acción!!! Hablo de la decadencia humana, de la soledad, del hastío de estar vivx, de la falta de espacio para sueños diferentes a los estándar y de la muerte. ¿Vives? ¿Sobrevives? ¿O mueres en cada aliento?

Autómatas del capital, de las dependencias y de los sueños que nos han vendido (y que alegremente hemos comprado, fieles consumistas de un mercado ciego). ¿Dónde empieza nuestra consciencia? ¿Dónde nuestra libertad? Y se me está pirando el pinzote mientras hablaba del facebook, que supongo sólo era una excusa para ponerme a cotorrear a la nada virtual, a ese nadie que me lee desde ninguna parte. Quiero lanzar mis palabras y esconderme detrás de ellas, pues ya han dejado de ser mías para ser de quién las lea y luego volver a ser parte de esta difusa red de soledades compartidas. No soy yo quien escribe ni tú quien lee. Los roles se pierden en la construcción y deconstrucción de identidades fotocopiadas.

Me voy del mundo... me encierro en creaciones antiguas para no ver el presente mientras me devora el futuro. EGOÍSTA! Retumba en mis tímpanos otras voces, otras intenciones. Porque mutamos a cada paso, crecemos, evolucionamos e involucionamos, nos flexibilizamos frente al devenir de nuestras historias personales, o nos hacemos más rígidos para no perturbarnos o para perturbarnos más todavía. Perturbada la vida, que se esconde a los ojos moribundos de lxs soñadorxs frustradxs.


domingo, 29 de marzo de 2015

Desde mi pompa...

Vacío... mirar hacia dentro a veces duele cuando me pierdo entre sueños abandonados e ilusiones rotas. La persecución de la libertad me lanza a la esclavitud de mis ideas, de mis construcciones del mundo más arraigadas, más escondidas en esos recovequillos que tenemos y de los que apenas somos conscientes. Y quiero gritar... y grito!! Te grito a ti, me grito a mí y le grito al mundo. Le grito mi cansancio y decepción, mi impotencia y victimismo.

Con mis manos construyo una enorme pompa de jabón en la que meterme y alejarme de ti, para que resbalen tus palabras por sus paredes, caigan con fuerza contra el suelo y se vuelvan invisibles, insípidas, indoloras, inodoras, inertes... Viajo en ella con los ojos cerrados, mirando hacia dentro, que me canso de mirar lo que hay fuera sin identificarme con nada, ajena al mundo. Y me voy... a algún lado donde echarme una siesta y descansar de todo esto, que no me apetece seguirte el rollo, mundo loco!

Y no tengo la exclusiva del desasosiego, pero pareciera que así es al visitar los escaparates de las vidas ajenas. Sonrisas, drogas, fiestas, comentarios graciosillos sobre cualquier tema banal y... ya está? Me sabe a poco cuando no hay aliento que mueva mis pies sobre el asfalto, la arena, las piedras o la vegetación del más guapo de los bosques. Reivindico mi derecho a expresar mi tristeza!!! A vaciar mis pulmones de la desdicha que se me ha ido acumulando, el estómago de indigestiones mundanas y los intestinos de mierda estancada. Vaciarme de todo... desandar mi camino... sangrar mis heridas infectadas... y llenarme con la luz del sol para recordar que soy una planta, un caracol, una ardilla o la mágica esencia de algún duende que se perdió en este planeta...

La sucesión de líneas llenas de palabras teje alas en mi espalda, y volar es una realidad. Soy libre del mundo cuando me encierro en los plac!, plac! de las teclas del ordena bajo mis dedos culpables, inocentes, culpables, inocentes... y arrancaría pétalos a las margaritas para decantarme por un juicio, pero no soy juez!! Así que son dedos simplemente los que escriben, desprovistos de culpa o inocencia, simplemente libres de expresar, de correr y de regalarle a la luna mis alaridos de dolor y de placer.