viernes, 22 de mayo de 2015

Huyendo del lunes

Me sacudo los miedos antes de levantarme, quizás impregnando con ellos los pliegues de las sábanas, para que en noches oscuras vuelvan a perseguirme en sueños de apatía extrema y situaciones surrealistas en las que la motivación resolutiva me abandona, entregándome a la pasividad de la víctima que no ha escogido vivir.

Otro día se asoma por la ventana entre nieblas y tímido orvallo, como anunciando las lágrimas que se apelotonan tras los ojos para con ellas reproducir los ríos y regatos de Rosalía, bellos parajes del norte que inspiran la nostalgia de la soñadora despierta. Y caminar es un imperativo. Caminar sin camino, caminar sin ser consciente de ese tonto movimiento que las piernas ejecutan una detrás de otra, a un ritmo inconstante y fatigado que conduce a un desolado vertedero de ilusiones rotas, decepciones volátiles y colores vagos del pintor daltónico.

Entre los anhelos más absurdos crece el de la eterna huída. Huir de mí misma por loca y cansina, por aburrimiento de un eterno deambular en círculos en torno a la libertad robada tras la mentira del miedo disfrazado de amor. Construir la soledad es una obra arquitectónica para la que no todxs estamos preparadxs, pero sus lindas promesas nos atrapan entre salones y dormitorios, despachos y oficinas, almacenes y trasteros abandonados frente a nuestro negativa a edificar. 

Me agazapo bajo la certeza de que los sonidos que se aproximan anuncian la muerte de un espacio silencioso mimosamente creado para mí. Palabras furtivas se escabullen entre mis labios para despedirse de un momento del que no me apetecía que formaras parte.

viernes, 8 de mayo de 2015

Heroínas

Nos hacemos mayores... Esa vida que otrxs construían para nosotras de pronto se nos cede para que con ella hagamos un no sé qué. Los ingredientes de la pócima se han mezclado durante tiempos para ahora poder ver qué surge a partir de ellos. La juventud se escapa, o quizás siempre hemos sido ancianas en un mundo dónde habría que aprender a ser niñas.

Tormentos, tempestades, infinidad de oleajes y mareas que marean... Calma al cerrar los ojos... ¡y sorprendentemente al abrirlos! Calma en medio de un caos que pretende desordenarnos.  ¿Quién padece el desorden que categorizan en páginas y páginas de ciencia artificial? Yo quiero crear tu salud y tu armonía, y brindar con tu sonrisa. Quiero danzar al son de tu locura y sentir su música bajo mi piel. La cordura pa lxs cuerdxs que no se acuerdan de la cuerda anudada a su cuello en señal de esclavitud. La locura pa beber la libertad, pa enloquecer entre libres rayos de sol y suaves caricias anticiclónicas.

Y de vez en cuando gritar ¡auxilio! pa rescatar a tu heroína, que dormita bajo árboles preñados de frutos a veces indigestos. Envolverte en la capa que te echará a volar entre cálidas y frías corrientes de aire, salvando las distancias entre las fantasías que nos hacen más fuertes. Beber un poquito del eterno cáliz del infinito y teñir con él tus pestañas, pa que haya luz en tus ojos, bella, y así iluminar el camino en las nubosas noches en que la luna se esconda. Heroínas de historias cotidianas, de rutinas amorfas y nostalgias malparidas. Relevos de otras heroínas que en nuestras manos han depositado la responsabilidad de seguir haciendo frente a la eterna lucha de ser mujer.