lunes, 13 de mayo de 2013

¿Pa qué dormir?

No es que nuestros personajes cobren vida a través de nosotrxs, sino que somos nosotrxs lxs que vivimos a través de nuestros personajes... en una reliadad paralela que nos confunde, nos atrapa, nos traslada a otro escenario donde las texturas son distintas, los colores brillan a través de un prisma diferente y cada escena puede reconstruirse con un simple movimiento de pluma. El regreso a esa vida central que no admite modificaciones siempre supone el reto más complejo para quien ha explorado la ausencia de límites en otros planos...

¿Y qué toca ahora? Desgarrarme la garganta en un grito mudo, cubrir de sangre la alfombra de mi casa, vaciarme de lágrimas en el andén de una estación fantasma o directamente renunciar a la oportunidad de equivocarme. Siempre queda la opción de viajar a todas esas guaridas que a lo largo de los años he ido construyendo en gélidos parajes desconocidos a los ojos ajenos. Esos rinconcillos míos a los que tienes el acceso prohibido... o a los que te dejo entrar para amarte u odiarte, en función de lo que no esté permitido en el plano real.

¿Entonces que? Necesidad de escapar... ¿pero a dónde? ¿y cómo? Sentirme caer hacia ninguna parte para solamente sentirme caer... y nada más. Ni cerrar los ojos quiero, por temor de volver a abrirlos... Y así transcurre la noche, atrapada en el dilema de la existencia, absorvida por la certeza de que las respuestas se harán de rogar... de que la luna se hace esperar.