sábado, 11 de junio de 2016

Calentando motores?

Un añito entero sin pasarme por aquí. Un año intenso, lleno de aprendizajes, el preámbulo de la metamorfosis... Incluso la metamorfosis en sí misma.

Llevo tiempo con el impulso de volver, aunque con la temporal necesidad de ser invisible como freno. Acepto mi existencia y acepto que me encuentres en ella. Acepto que queda mucho por aprender, y acepto el estímulo que esto supone. Admito que contenta de rebrotar, tardía en la primavera, como una flor sorpresa que se amodorró en su semilla durante el invierno.

Tengo la tentación de comenzar un nuevo blog, y quizás lo haga, simbolizando el paso de página, abrazando la idea de parir algo diferente. Pero... Cómo abandonar la Morada de la Luna, cuando tantas veces me sirvió de refugio? Aquí volveré a lamerme las heridas, a enseñar mis dientes en estridentes carcajadas o en rugidos feroces, a desnudarme en cada línea y sentir que en realidad nadie lleva ropa... a disfrutar de mis incongruencias para que tú te reconozcas en ellas.

Respiro... Hincho los pulmones de vida, los vacío de desidia. Saludo al sol y estiro bien mis extremidades dormidas. Me desperezo en un bostezo que resuena en mis oídos recordandome el sonido de mi voz. El silencio te ofrece esos valiosos regalos, y hoy los acepto y me hago responsable de ellos. Calentando motores... Buenos días!

miércoles, 10 de junio de 2015

Viaje de ida y vuelta

No escogió el viaje, ni los zapatos, ni el equipaje. O quizás sí pero era incapaz de recordarlo. Nadie le enseñó, como tampoco nadie te enseñó a ti. Aprendió a hacerlo de alguna manera sola, esperando colas en taquillas de estaciones fantasma para coger trenes que la catapultaran hacia otro lado, quizás más florido y luminoso. 
El traqueteo del vagón la aletargó, la hizo descansar en la fantasía de lo desconocido en un viaje solitario con guías silenciosos. Tras las ventanas se sucedían multitud de paisajes. En un momento estaba en una altiplanicie nevada, y al siguiente sumergida bajo un océano cristalino plagado de peces de colores y algas ondulantes. Recorrió las nubes y los pentagramas, los números y las esferas. Incluso compartió silencios y algarabías, los pulió con recelo y los guardó en una cajita en la profundidad de su memoria.  
Din-dun-din! La megafonía del tren la sobresaltó en su asiento para anunciar la próxima parada. Rostros apenados subieron al tren e inundaron los pasillos de lágrimas. - Sé una luz - se recordaba, y su sonrisa mantuvo el tren en marcha, mientras su corazón se anegaba en llanto. Sus ojos percibían las sombras tras cada mirada, sus oídos escuchaban el dolor en cada susurro y su piel era la tímida barrera que la separaba de lxs demás, de sí misma. 
Gritos y sollozos, poemas y cantares. El viaje continuaba y los paisajes se sucedieron hasta el inframundo, donde la oscuridad solamente daba espacio a la penumbra de vez en cuando, luz suficiente para rescatar las palabras y tejer con ellas un manto cálido con el que arroparse. Se durmió... y ya no supo que acontecía dentro y fuera del vagón.
Dormida soñó, y sus sueños la vapulearon de un destino a otro inconsciente de las vías, de las estaciones, del revisor y de las salidas de emergencia. Simplemente llegó, de repente, un sábado cualquiera. Se apeó con su mochila casi vacía, casi llena. Se convirtió en un espejo sin apenas advertirlo, y reflejó luz y sombras, risa y llanto, esperanza y desaliento. Fue. Es. Será. 

viernes, 22 de mayo de 2015

Huyendo del lunes

Me sacudo los miedos antes de levantarme, quizás impregnando con ellos los pliegues de las sábanas, para que en noches oscuras vuelvan a perseguirme en sueños de apatía extrema y situaciones surrealistas en las que la motivación resolutiva me abandona, entregándome a la pasividad de la víctima que no ha escogido vivir.

Otro día se asoma por la ventana entre nieblas y tímido orvallo, como anunciando las lágrimas que se apelotonan tras los ojos para con ellas reproducir los ríos y regatos de Rosalía, bellos parajes del norte que inspiran la nostalgia de la soñadora despierta. Y caminar es un imperativo. Caminar sin camino, caminar sin ser consciente de ese tonto movimiento que las piernas ejecutan una detrás de otra, a un ritmo inconstante y fatigado que conduce a un desolado vertedero de ilusiones rotas, decepciones volátiles y colores vagos del pintor daltónico.

Entre los anhelos más absurdos crece el de la eterna huída. Huir de mí misma por loca y cansina, por aburrimiento de un eterno deambular en círculos en torno a la libertad robada tras la mentira del miedo disfrazado de amor. Construir la soledad es una obra arquitectónica para la que no todxs estamos preparadxs, pero sus lindas promesas nos atrapan entre salones y dormitorios, despachos y oficinas, almacenes y trasteros abandonados frente a nuestro negativa a edificar. 

Me agazapo bajo la certeza de que los sonidos que se aproximan anuncian la muerte de un espacio silencioso mimosamente creado para mí. Palabras furtivas se escabullen entre mis labios para despedirse de un momento del que no me apetecía que formaras parte.

viernes, 8 de mayo de 2015

Heroínas

Nos hacemos mayores... Esa vida que otrxs construían para nosotras de pronto se nos cede para que con ella hagamos un no sé qué. Los ingredientes de la pócima se han mezclado durante tiempos para ahora poder ver qué surge a partir de ellos. La juventud se escapa, o quizás siempre hemos sido ancianas en un mundo dónde habría que aprender a ser niñas.

Tormentos, tempestades, infinidad de oleajes y mareas que marean... Calma al cerrar los ojos... ¡y sorprendentemente al abrirlos! Calma en medio de un caos que pretende desordenarnos.  ¿Quién padece el desorden que categorizan en páginas y páginas de ciencia artificial? Yo quiero crear tu salud y tu armonía, y brindar con tu sonrisa. Quiero danzar al son de tu locura y sentir su música bajo mi piel. La cordura pa lxs cuerdxs que no se acuerdan de la cuerda anudada a su cuello en señal de esclavitud. La locura pa beber la libertad, pa enloquecer entre libres rayos de sol y suaves caricias anticiclónicas.

Y de vez en cuando gritar ¡auxilio! pa rescatar a tu heroína, que dormita bajo árboles preñados de frutos a veces indigestos. Envolverte en la capa que te echará a volar entre cálidas y frías corrientes de aire, salvando las distancias entre las fantasías que nos hacen más fuertes. Beber un poquito del eterno cáliz del infinito y teñir con él tus pestañas, pa que haya luz en tus ojos, bella, y así iluminar el camino en las nubosas noches en que la luna se esconda. Heroínas de historias cotidianas, de rutinas amorfas y nostalgias malparidas. Relevos de otras heroínas que en nuestras manos han depositado la responsabilidad de seguir haciendo frente a la eterna lucha de ser mujer.

martes, 28 de abril de 2015

Preñadxs de infinito

Crear para huir, crear para refugiarse, crear para simplemente desvanecerse en lo imaginado y dejar de existir en el "plano real". Realidad... ¡qué palabra más esquiva! Tantas realidades como creadorxs interfiriéndose las unas con las otras, creando colisiones cósmicas con resultados imprecisos. Y yo... creadora como el resto de una "creación" ya creada y susceptible de recrearse con cada movimiento de pluma. Aquí me encierro y desde aquí comparto. Las distancias cortas son muy gratificantes, pero las largas ideales para parapetarse entre renglones de desvaríos y sabidurías.

Atesorar las ideas, aunque no sepamos qué hacer con ellas... La mayoría no se han registrado (ni falta que hace, yo creo, teniendo en cuenta los bucles en los que a servidora se le da por meterse). Otras se empolvan. La mayoría, quemadas y rotas en cualquier estercolero, cómpost de nueva vegetación que oxigena tus pulmones. ¿Acaso no es una bella creación? Las ideas nacen y mueren, se adaptan y transforman, se hacen más grandes o más pequeñas, dependiendo de las vueltas que se le den, de lo mucho o poco que se compartan. A veces me vuelvo tacaña y no quiero compartir. Necesito pulirlas antes de verterlas en otra psique, y aún así las vomito impulsivamente en otrxs creadorxs, confundiéndolxs con mi confusión.

Las ausencias son necesarias para advertir la propia presencia. Existimos al margen de que otrxs se percaten de ello, y eso nos hace en cierto modo fuertes, pues nuestra consciencia se centra en la  existencia de nuestra materia, de nuestra mente, de nuestra luz, bombillitas tímidas en medio de una fuerza que nos alumbra a todxs. Bebemos de ella y la reflejamos con nuestras sonrisas, con nuestras lágrimas. Nos recogemos en sentimientos compartidos que el silencio transforma en magia y recuerdo. Hoy es la nostalgia de mañana,  y ayer la fuente de la que hoy se nutre para mantenernos en marcha.

Y en medio de nuestras soledades... ¡amamos! Amamos el vacío en el que la soledad se convierte en otra cosa distinta quizás llamada amor. Y necesito seguir creando fantasía para una niña a la que simplemente amo por ser niña, por ser otro experimento humano cargado de potencial para amar, para crear, para compartir y para olvidar que hemos aprendido a hacernos daño de la forma más inconsciente o conscientemente egoísta. Una nueva esperanza nace en cada alumbramiento, y como somos espejos, cada esperanza refleja lo que presencia en su deambular por este vacío sin señalizar en el que nos han soltado.Si no encontramos la luz, al  menos no densifiquemos las sombras. Sombras que ensombrecen el sombrero de lxs indecisxs y perdidxs, de lxs que claman por la luz que han perdido en alguna encrucijada confusa de un camino indefinido.

lunes, 6 de abril de 2015

Vivo en todas partes

Cerrar los ojos... Respirar... Sentir cómo el aire devuelve el calor a mi cuerpo a medida que entra y sale de él. Respirar la quietud de la noche, y devolvérsela en cada aliento. Apagar el pensamiento, difuminar el pasado, olvidar el futuro y paladear el ahora. Rescatar las palabras para hacerlas presentes. Hablar sobre la nada, callar sobre el todo. Despedir el silencio con el cantar de las ranas, artistas de las sombras que cautivan mis oídos con sus románticos croacs.

La luz del foco calienta mis dedos y los revive para que le escriban al nadie que lee, al vacío infinito de una red saturada de escupitajos mentales, enredos emocionales y soledades menos solitarias al compartirse. ¿Estoy viva? ¡Vivo! (Oups! Qué yuyu, no?) ¡Canto! ¿Te canto? Apiádate de mí, que me entran los nervios de repente y no sé que hacer con mi body! Me entra el miedo por momentos, ¿a ti no? "She´s a maniac, maniac!!!" Los 80 me poseen para envolverme en carcajadas que sustituyan al llanto en la explosión que supone sentirme viva... y con ganas!!


Atemporal, eterna... Apátrida, presente en el aquí sin sede... Soy tú, soy yo, soy ¿quién? Nadie y todxs, pues vivo a través de la vida, y la vida está en todas partes. Muero en tu tristeza y desaliento, ardo en tu cólera y broto en tu dolor. Revivo con tu sonrisa, levito con la luz de tu mirada y soy más fuerte cuando me regalas motivos. Polaridades que me malean, ¿maleo polaridades? Bipolar me dicen, ¿qué más da? Mundo loco! Déjame descubrirme y bailarte mis verdades, volar entre tus corrientes y ser libre de amarME.

viernes, 3 de abril de 2015

Hipócrita y sincera histeria

¿Sabes? A veces me sorprendo de lo grande y minúscula que puedo ser a un mismo tiempo. Pongo los ojos dentro y veo contradicciones que me construyen y destruyen, y más sincera me siento cuanto más y menos me quiero, pues parte soy del mundo, ni mejor ni peor, tan sana y podrida como la misma esencia que me da la vida.

He hecho daño y me lo han hecho, y ese círculo de heridas me sitúan en el limbo del decidir... si tuviese la llama de una cerilla, no sabría si alumbrar con ella el mundo, quemarlo, quemarme, o soplar y apagarla para no ver nada más, ni a mí misma perdida en esta cueva en la que parece que hay que fingir que sabes lo que haces. ¿Qué haces? ¡Quietx chicx! ¿A dónde vas con esos aires? ¿Acaso te crees algo más que el difuminado holograma de un sueño malparido?

Y no voy a hablar con bonitas palabras ni a pintar corazones en los cristales envahecidos para ganarme tu bobo afecto; afecto que indiscriminado repartes, como si fuera propaganda de compra y venta de oro, tan en auge en tiempos de crisis, como tú... que encuentras tus tiempos de gloria entre los lodos ajenos, simulando rescatar almas perdidas a base de palabras construidas con sílabas de vacío. sin manos ni sentires que les den verdadero soporte.

No te voy a cantar canciones de amor, que afónica me he quedado de regalarle mi voz a tus oídos sordos. Mi corazón sigue bailando, pero no con tu música muda. Baila con el sol, baila con la luna, baila con el viento y baila con la lluvia. ¿Quién más podría interpretar una melodía digna de atención? No puedo sentir tus acordes, ¿acaso alguna vez me has regalado en verdad alguna pieza?
Así soy en este instante, una brizna enjuta en un desierto en el que ha habido demasiadas tormentas de arena. Las dunas se van mudando con el viento, y los caminos se borran ante mis ojos para moverme en círculos o no moverme. ¿Moverme de otra manera?

Hipócrita, me engaño a mí misma para suavizar mi existencia. Me justifico, me convenzo, me autoindulto. Rumio palabras dentro de mi boca y las vuelvo a tragar para indigestarme nuevamente, sintiendo en mis intestinos la horca que te/me dará muerte. Y vivo con miedo, ya. Miedo de sufrir, porque cuando piensas "¿qué más podría pasarme?" asistes a la vivencia de la respuesta. Y miedo de una muerte lenta y agónica, pues a su certera espera nos exponemos mientras transcurre eso llamado ¿vida? Llené mis pulmones con ganas de vivirla, ansiosa y sedienta de ella. Desenterré mi deseo de sentirme parte de todo, le saqué brillo y lo puse a la luz, compartiéndolo y haciéndolo más grande... jajajaja, cuanto más alto subes, más grande es la hostia al caer. Me había olvidado de que esa fue mi máxima durante tiempo. Saqué un as de la manga eludiendo la prudencia que me había forjado.

¿Libre? Sí, claro, lo soy. Libre de perderme en el bosque, de creerme pájaro, de beber del viento. Libre de seguir pensando y libre de seguir creando. Libre de ser, libre de dejar de serlo. Probando los propios límites de mis pulmones, de mi voz, de mi vista cada vez más cansada frente a lo que hay que ver. Y puedo cambiar la perspectiva cuando me dé la gana, sentirme llena de fuerza para abordar lo que me proponga... pero para eso hay que proponerse algo, y mis propuestas se debilitan como una vela mortecina.

Y me canso a mí misma de leerme y escucharme, víctima de mis propios duelos, de mis propias fracturas, de mis "pobrecita yo", que ahogo en colacao con galletas, reconstruyendo una infancia feliz y despreocupada en la que el frío tenía fácil remedio. Hidratos al más puro estilo Bridget Jones, patético y repulsivo, susceptibles de caricatura como la que yo misma me hago. Río igual que lloro cuando atiendo a mis pasos desordenados, porque histéricas nos han llamado siempre, y no me voy a poner ahora a contrariar a nadie (faltaría más!! con lo condescendiente que yo soy!!). Acepto mi momento como la absurda explosión de un afecto torpemente conducido.