domingo, 9 de junio de 2013

Domingo regresivo

Te empeñas en buscar respuestas cuando ni siquiera has formulado las preguntas correctas. Correteas detrás de un aliento que te eleve a un estado de mínima satisfacción, sin saber que ese aliento nace en tus propios pulmones. Te deslomas pintando pancartas que irradien una felicidad fantasma que te sostenga en un mundo de burdas apariencias. Mientras... la vida se apaga en cada suspiro, en cada pestañeo, en cada "buenos días" que tu lengua se esfuerza en compartir con lxs demás.

Por muy desordenado que todo parezca, cada movimiento se enmarca dentro de un cuadriculado plan que socialmente se ha tejido para ti. La rutina te automatiza y te arranca la pasión. Las responsabilidades te arrastran a un gran engranaje donde poco a poco tu esencia se desvanece. La luna te invita a despertar, mientras el sol te obliga a estar despiertx, con lo que la vigilia se convierte en un catalizador de la enajenación más decadente.

Una suave música comienza a agitar tus pies, conduciéndote a un rincón de reencuentro con las propias pulsiones, donde la rabia y el dolor vigorizan cada paso, redirigen cada gesto, vocalizan cada palabra... Tus manos cubren tu rostro en un irrisorio intento de ocultarte del mundo, de darte un instante en el que ubicar un atajo alternativo... Pero estás demasiado familiarizadx con los imposibles como para caer en la patética esperanza de que el sol brillará para ti algún día.

Por muy pospuesta que creas haber dejado esa opción, los brazos de la muerte se extienden para arroparte, y la poca fuerza que te queda se disipa en el aire para alimentar campos de egos sedientos de sangre. Entrégate a tu destino, a la oscuridad de tu camino.