domingo, 29 de marzo de 2015

Desde mi pompa...

Vacío... mirar hacia dentro a veces duele cuando me pierdo entre sueños abandonados e ilusiones rotas. La persecución de la libertad me lanza a la esclavitud de mis ideas, de mis construcciones del mundo más arraigadas, más escondidas en esos recovequillos que tenemos y de los que apenas somos conscientes. Y quiero gritar... y grito!! Te grito a ti, me grito a mí y le grito al mundo. Le grito mi cansancio y decepción, mi impotencia y victimismo.

Con mis manos construyo una enorme pompa de jabón en la que meterme y alejarme de ti, para que resbalen tus palabras por sus paredes, caigan con fuerza contra el suelo y se vuelvan invisibles, insípidas, indoloras, inodoras, inertes... Viajo en ella con los ojos cerrados, mirando hacia dentro, que me canso de mirar lo que hay fuera sin identificarme con nada, ajena al mundo. Y me voy... a algún lado donde echarme una siesta y descansar de todo esto, que no me apetece seguirte el rollo, mundo loco!

Y no tengo la exclusiva del desasosiego, pero pareciera que así es al visitar los escaparates de las vidas ajenas. Sonrisas, drogas, fiestas, comentarios graciosillos sobre cualquier tema banal y... ya está? Me sabe a poco cuando no hay aliento que mueva mis pies sobre el asfalto, la arena, las piedras o la vegetación del más guapo de los bosques. Reivindico mi derecho a expresar mi tristeza!!! A vaciar mis pulmones de la desdicha que se me ha ido acumulando, el estómago de indigestiones mundanas y los intestinos de mierda estancada. Vaciarme de todo... desandar mi camino... sangrar mis heridas infectadas... y llenarme con la luz del sol para recordar que soy una planta, un caracol, una ardilla o la mágica esencia de algún duende que se perdió en este planeta...

La sucesión de líneas llenas de palabras teje alas en mi espalda, y volar es una realidad. Soy libre del mundo cuando me encierro en los plac!, plac! de las teclas del ordena bajo mis dedos culpables, inocentes, culpables, inocentes... y arrancaría pétalos a las margaritas para decantarme por un juicio, pero no soy juez!! Así que son dedos simplemente los que escriben, desprovistos de culpa o inocencia, simplemente libres de expresar, de correr y de regalarle a la luna mis alaridos de dolor y de placer.

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