domingo, 21 de julio de 2013

Charloteando con la luna

Acaríciame con tu resplandor, que aquí dentro ya se han apagado todas las velas. Insúflame un poquillo de tu aliento, que de eso también se me ha acabado. Cántame una nana, o mejor regálame un riff de los duros, que a esta fiera no la amaina cualquier cosa. Déjame flotar en tu ingravidez, que de mantener los pies en la tierra ya me he cansado. Levántame, sostenme o patéame... me fío lo suficiente de tu criterio como para entender que tomarás la decisión correcta.

Embriágame con tu absurda lucidez... Ábreme el cráneo y lléname ese espacio hueco de mapas y brújulas, que muy apañada no es que haya sido hasta ahora con eso de la orientación. Constrúyeme puentes y túneles, enséñame atajos y escondrijos. Sacúdeme de esta espantosa vigilia y recondúceme por algún sendero oculto que ahora mismo soy incapaz de ver. Borra de mi vista los aviones, los trenes y los barcos, que de sobra sabes que no sé pilotar. Fabrícame una pompa gigante cuyo timón tenga conexión remota con mi prótesis cerebral.

¿Y ahora qué? ¿Norte, sur, este, oeste? Ah! Repostar.... Haga lo que haga, el combustible ahora disponible no alcanza para llegar a ningún lado. Pues ya sabes! Lléname el depósito de vida! Apriétame con coraje y valor. Ajústame con alegría e ilusión. Calíbrame con los mejores apoyos. ¿Productos y servicios agotados en stock? Pues sírvete, que a mí todavía me queda una pequeña reserva. Llévatelo todo y déjame seca, enjuta. Vacíame que toda esta mierda me pesa y donde voy no la necesito. Al fin y al cabo, lo importante es viajar... odio las estaciones de servicio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario